Desde hace años el cambio climático que se ha estado produciendo ha movido a preocupaciones y a que se tomen medidas tendentes a lograr un mundo más sostenible, con menos emisiones de carbono.
Los bancos de alcance internacional –incluso los locales- se han ido sumando a esa intención y esfuerzos para aportar. Y la mejor forma de hacerlo es de alguna manera dirigiendo y condicionando sus financiamientos a proyectos que sean sustentables, amigables y de suma para el medio ambiente y el clima.
Por ejemplo, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) lanzó su Iniciativa Amazonía y aprobó unos US$4,500 millones en recursos para operaciones relacionadas con el clima, la cantidad más alta de la historia, anunció el pasado lunes la organización.
El BID también asumió un rol de liderazgo entre los bancos multilaterales de desarrollo en la COP26, la conferencia anual de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, anunciando un plan para alinear todas las operaciones con el Acuerdo de París y proporcionar US$24,000 millones para el financiamiento climático y verde durante los próximos cuatro años.
De todos los proyectos aprobados en el 2021 por el BID, casi el 70 % incluyó uno o más componentes para hacer frente al cambio climático, mientras que el 75 % abordó cuestiones de género.
Casi el 40 % de las aprobaciones se destinaron a países pequeños y vulnerables. Esas cifras se ajustan a las prioridades institucionales del banco y a su plan para la recuperación económica, la Visión 2025.
Mientras, Grupo Banco Mundial anunció a mediados de 2021 en Washington su nuevo Plan de Acción sobre el Cambio Climático, con el que se procurará brindar niveles récord de financiamiento climático a los países en desarrollo, reducir las emisiones, fortalecer la adaptación y alinear los flujos financieros con los objetivos del Acuerdo de París.
Con el Plan de Acción para el período 2021-2025 se amplían los esfuerzos del Grupo BM en esta área, dado que además de invertir en proyectos “verdes”, se buscará ayudar a los países a integrar plenamente sus objetivos climáticos y de desarrollo.
El Plan también surge en un momento en que los países buscan caminos sostenibles para recuperarse, tras las conmociones causadas por la pandemia de covid-19. Por vía de ese programa se identifican y priorizan las medidas que permitan abordar las oportunidades de mitigación y adaptación de mayor impacto, incrementando el financiamiento climático en consecuencia.
El nuevo plan se basa en los logros obtenidos por el Grupo Banco Mundial con su primer Plan de Acción sobre el Cambio Climático, a través del cual se entregaron más de US$83,000 millones en financiamiento climático a lo largo de cinco años, lo que incluye la cifra récord de US$21, 400 millones proporcionada el pasado año 2020.
Del lado del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE), en septiembre pasado se informó que la institución pone a disposición de sus países socios soluciones financieras para implementar acciones en pro del desarrollo sustentable de la región.
Esto, tomando en cuenta que los retos ambientales a los que Centroamérica se enfrenta son cada vez más desafiantes.
Con 60 años de fundación el BCIE, llegó en el año 2021 al bicentenario de la independencia de Centroamérica, liderando acciones con elementos para la reactivación económica, pero siempre de la mano con un compromiso social y sostenibilidad ambiental, según ha informado esa organización.
La Asamblea de Gobernadores ha expresado el compromiso del BCIE con respecto al cambio climático a través de dos declaraciones. La primera declaración realizada en 2016 estableció un compromiso para promover y apoyar acciones para financiar la adaptación y mitigación al Cambio Climático para apoyar sus países miembros a lograr las metas establecidas en la COP21 (Acuerdo de Paris).
La segunda declaración realizada en el año 2019 (Declaración Carbón Cero) establece el compromiso del BCIE de abstenerse de financiar proyectos relacionados con la exploración y extracción de carbón y la generación de energía a partir del carbón.
En esa línea -según ha informado, el BCIE- es el principal aliado de la región para avanzar hacia una economía justa e inclusiva, con bajas emisiones en carbono y resiliente a los efectos del cambio climático, invirtiendo US$4,989.0 millones en operaciones de cambio climático durante los últimos 5 años, lo cual representa el 40 % de las aprobaciones del BCIE convirtiéndose en el principal proveedor de recursos verdes para la región centroamericana.
A mediados de octubre pasado el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunció que discutiría en sus reuniones anuales de ese mes los planes sobre un fondo fiduciario para alentar a los países a orientar sus economías hacia un futuro más amigable con el clima y con bajas emisiones de carbono.
La directora del FMI Kristalina Georgieva, dijo a la prensa que el Fondo de Resiliencia y Sostenibilidad sería financiado por las naciones ricas reasignando algunas de las reservas que recibieron a través de la emisión récord de US$650,000 millones del FMI en agosto.
Lo que hacen el Banco Popular y el Banreservas
En septiembre de 2021 el Banco Popular Dominicano conmemoró dos años de su adhesión a los Principios de Banca Responsable (PBR) de Naciones Unidas, e informó que en el marco de ese compromiso había otorgado a esa fecha más de RD$815 millones en financiamiento para vehículos eléctricos e híbridos, en su portafolio de finanzas verdes Hazte Eco. Hasta el citado mes la entidad bancaria había financiado 285 unidades eco para familias y personas, y había firmado 28 contratos de leasing verde para la compra de vehículos sostenibles para empresas.
Mientras, en septiembre el Banco de Reservas, con el fin de disminuir costos energéticos y reducir el impacto ambiental negativo para un mundo más sostenible, lanzó su nuevo programa de servicios financieros “Renueva Verde Banreservas”, que brinda condiciones para familias y empresas que deseen utilizar soluciones de energía limpia. “Renueva Verde” es una invitación a renovar el estilo de vida en el hogar y los negocios, incorporando soluciones amigables al medioambiente.
Fuente: Martín Polanco, El Caribe