El asalto de Fiona a Puerto Rico y a Quisqueya hace reflexionar sobre la importancia que tiene la agricultura en el país dominicano. La economía verde es parte importante de nuestro futuro, solo espero que las buenas intenciones y la lógica guíen a nuestros gobernantes para tomar las decisiones correctas.
Tal y como se lee el título de este artículo, la economía de la República Dominicana es verde, aunque el turismo sigue siendo el sector que concentra mayor interés y con buena razón, pues como actividad económica solo el año pasado generó ingresos por $5,680.6 millones dólares. Aún así, no nos debemos olvidar de la importancia que tiene el sector agropecuario.
Aunque el economista sustenta sus análisis en números, no les voy a aburrir mucho con datos o porcentajes. Ese tipo de información es fácil de buscar y encontrar en el “Dr. Google”. De lo que quiero hablar es sobre la lógica de los números y lo que implican las cifras.
El dominicano conoce del campo. ¿Cuántos de nosotros tenenos un familiar, quizás un tío o un abuelo, que no solo vive sino que depende del campo? Yo mismo puedo entender el valor que la agricultura ha tenido en mi familia.
Los estudios de mi padre, un estelar periodista y director de comunicación que hoy es un figura pública conocida por muchos, fueron financiados no solo por su inteligencia sino por los recursos que el campo generaba a su madre, mi abuela Lucía de los Santos. Los “cualtos” provenientes de esas cosechas han sido y son las raíces, el punto inicial para el crecimiento fructífero de muchos dominicanos.
No hay problema con que el país se modernice, pero hay que entender la necesidad de que la innovación también se aplique a la economía verde. Más del 80% de la tierra dominicana es fértil; una gran cantidad de la mano de obra dominicana domina la agricultura y otra buena parte depende de esta actividad.
Esa realidad me lleva a pensar que en lugar enfocarnos en el desarrollo de un sector en particular, sería mucho mejor diversificarnos, invertir y mejorar las tecnologías para aumentar los empleos y la producción de bienes que podrían incrementar nuestro nivel económico. La agricultura es una excelente vía para lograr ese propósito.
Chile, uno de los países más desarrollados de Latinoamérica también es uno de los que más depende de la agricultura. Con cientos de granjas orgánicas en miles de hectáreas, los chilenos han sabido combatir la pobreza y se han establecido como una nacion de altos ingresos a nivel global, sin descuidar otros sectores, por supuesto. Estados Unidos y China son modelos de países mayores productores de bienes como el arroz y el maíz.
¿Qué nos impide hacer lo mismo descubriendo productos en los que podríamos ser competitivos, como la producción de frutas tropicales? También tenemos una ventaja competitiva en varios bienes agrícolas como el aguacate ocupando el segundo lugar de producción en el mundo. Asimismo, el cacao, la lechoza y la caña de azúcar, entre otros. Imagínemos cuánto más podríamos lograr si nos hiciéramos mejores.
Esta no es una idea revolucionaria. El Ministerio de Agricultura y el Banco Agrícola han tomado acción para impulsar la agricultura. Acuerdos entre las entidades agrícolas y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) nos indican que se estará reforzando la atención y el trabajo en la agricultura.
También entidades financieras como el Banco Centroamericano de Inversiones ayudarán a cumplir con este objetivo. Aunque el presupuesto nacional sugiere que poco será invertido en mejorar la tierra, confiemos que con la insistencia del pueblo y el compromiso de las entidades públicas y quienes las dirigen, nuestra agricultura vaya en crecimiento progresivo.
El asalto de Fiona a Puerto Rico y a Quisqueya hace reflexionar sobre la importancia que tiene la agricultura en el país dominicano. La economía verde es parte importante de nuestro futuro, solo espero que las buenas intenciones y la lógica guíen a nuestros gobernantes para tomar las decisiones correctas.