Si tanto quisiera ayudar Mantequilla ¿por qué no usa su fórmula para hacerse rico y con esos recursos enfocarse en la labor social? De esa manera, si pierde su dinero, al menos no arriesgará lo poco que tienen sus inversionistas. ¿Por qué depende de las comisiones para ganar? Les diré por qué: porque no confía en lo que “invierte.”
El dinero nunca se consigue fácil. Lo he dicho en columnas anteriores, pero esta semana aprovecho la oportunidad para recordarlo con la aparición de Wilkin García Peguero, mejor conocido como Mantequilla, un contable egresado de la Universidad Tecnológica de Santiago en el 2019 (pero que casi se le olvida), que invierte el dinero de sus clientes con la promesa de generar una rentabilidad de un 20% a 30% en 30 días o menos. Aún mejor, según sus seguidores, ha producido un 100% por encima de lo recibido en más de una ocasión.
Parece que además de tener una licenciatura en contabilidad, también posee una maestría en “divareo”, expresión popular que aplica a la acción de separarse o apartarse del asunto principal del que se habla o escribe. En su entrevista con Alofoke, Mantequilla, por 50 minutos logra de manera sorprendente evadir toda pregunta. El contable reclama que su estrategia consiste en una fórmula matemática secreta que le permite fomentar los resultados con los que tanto allanta. Al mismo tiempo, dice que no solo invierte en un mercado, sino en varios, dependiendo de cómo vea la situación. Ahí radica su primer error.
¿Cómo una fórmula económica puede funcionar a través de varios mercados que son completamente distintos? La criptomoneda se diferencia del mercado de valores y así mismo del negocio inmobiliario. La criptomoneda es volátil, las estrategias que los inversionistas usan para ellas son en absoluto diferentes a las del mercado de valores. Se enfocan en distintos fundamentos financieros y en comportamientos. ¿Entonces cómo se aplica esa “fórmula” de la que tanto hace alarde Mantequilla, resultado de 7 años de arduo estudio y trabajo, según dice?
De tanto estudio y trabajo Mantequilla se convirtió en un genio. O al menos es lo que exhibe como un logro que nadie en el mundo ha sido capaz de alcanzar. Afirma que le gustan “esos libros financieros, esos libros de emprendedores, esos libros de motivación de muchos autores que han sido mentores de uno.” Entre ellos menciona a Warren Buffett como una fuente de inspiración, como uno de sus referentes.
Irónico, considerando que su empresa en sí viola las filosofías de Buffett. “Your favorite holding period is forever” (nuestro período de espera favorito es para siempre) ha dicho Buffett en sus libros e invita a sus lectores a que se tomen su tiempo, que invertir a largo plazo es lo ideal en lugar de la nueva tendencia hacia los resultados inmediatos y de corto plazo. Aun así, Mantequilla logra duplicar el dinero de sus inversionistas en un período de 30 días. Lo mismo es cierto con cualquier renta inmobiliaria, las ganancias no son a corto plazo, sino de largo plazo. ¿Entonces cómo lo hace?
Reitera continuamente a través de diferentes medios noticiosos que lo que hace no es ilegal, y con eso estoy de acuerdo. No hay ninguna disposición en el marco legal de la República Dominicana que castigue a las empresas como las de García Peguero. Empresas disfrazadas como un esquema Ponzi. Un esquema dónde se reciben fondos y se pagan las rentabilidades de los primeros aportantes con los que se unen luego. Aunque él afirma que no lo es, veamos sus similitudes.
Ponzi, el italiano que empezó este tipo de negocio, creó una empresa donde prometía a inversionistas un retorno de 50% en 45 días y de un 100% en los próximos tres meses. Mantequilla promete un rendimiento de 30% en 30 días , 15% en 15 días y 10% en diez días y aún más.
La empresa de Ponzi se llama "Securities Exchange Company", mientras que Mantequilla fundó "3.14 Inversiones", haciendo referencia al número pi, para indicar que su negocio genera ganancias infinitas. No creo que sepa que el hecho de tener una empresa no le da credibilidad pues obtener un registro mercantil o inscribirse como contribuyente del fisco es bastante fácil. Usualmente, no hay oposición gubernamental a este tipo de gestión, ya que es una fuente de recursos para el Estado.
En ambos casos, los “empresarios” prometen que ese dinero es invertido, aunque no tienen ningún tipo de evidencia de lo sucedido. En el caso de Mantequilla, el dinero que mueve no se registra a través de los bancos dominicanos, manteniendo sus inversiones completamente elusivas. Aunque promete que, bajo confidencialidad, revelaría sus secretos a un juez o al Superintendente de Bancos, Mantequilla no ha intentado patentar su fórmula para preservarla con una protección legal, como algo suyo, de su única creación, simplemente la mantiene secreta y debe ser por alguna razón.
Piénsenlo, si tanta confianza da esta fórmula de un supuesto “genio” como el mismo se denomina ¿por qué no reinvierte sus comisiones? La razón que ofrece es por una supuesta responsabilidad social, por causas teológicas, por su deber de ayudar a los demás a su manera. Pero si tanto quisiera ayudar ¿Por qué no usa su fórmula para hacerse rico y con esos recursos enfocarse en labores sociales? De esa manera, si pierde su dinero, al menos no arriesgará lo poco que tienen sus inversionistas. Me pregunto: ¿Por qué depende de las comisiones para ganar? y de inmediato les respondo: Porque Mantequilla no confía en lo que “invierte”.
Les advierto, no crean en ese personaje ni en ninguna persona que promete duplicar su dinero por arte de magia. En varios meses o quizás en menor tiempo, les aseguro que su “fórmula” fallará y mientras menos atención prestamos al sujeto, serán menos las personas que logrará estafar. Lentamente, la mantequilla se derretirá.