En un análisis publicado en Diario Libre, el reconocido economista Rolando M. Guzmán abordó las implicaciones económicas de incluir los intereses financieros en la base del Impuesto Sobre la Renta, una propuesta que formó parte de los debates en la reciente reforma fiscal.
Aunque la medida no fue adoptada, Guzmán advierte que el tema podría resurgir en futuras iniciativas tributarias, debido a su impacto directo en la rentabilidad del ahorro y las inversiones.
En su artículo, Guzmán destacó que un impuesto sobre los intereses podría desincentivar el ahorro, un componente crucial para el crecimiento económico y la estabilidad financiera.
“Un impuesto genera dos efectos: un impacto que tiende a reducir el ahorro al hacerlo menos rentable, y un impulso que los individuos intentan compensar reduciendo aún más su consumo presente”, explicó.
Este desincentivo, según el economista, afectaría tanto a pequeños ahorrantes como a grandes inversionistas, debilitando la capacidad de la economía de sostener niveles saludables de inversión.
Además, Guzmán subrayó que gravar los intereses podría estimular la salida de capitales hacia economías con políticas fiscales más atractivas, lo que pondría presión sobre el mercado cambiario dominicano.
En este sentido, afirmó: “El argumento más relevante en contra de un impuesto a los intereses es el alegato de que, al reducir la rentabilidad de las inversiones financieras, se estimularía la salida de capitales hacia economías foráneas, con una consecuente presión sobre el mercado cambiario”.
El autor utilizó experiencias internacionales recientes para reforzar su posición. Por ejemplo, señaló que entre 2018 y 2023, Estados Unidos logró reducir a la mitad la salida anual de capitales al eliminar diferenciales en el retorno de inversiones financieras, lo que demuestra la conexión directa entre políticas tributarias y flujos de capital. Este precedente, según Guzmán, debería servir como advertencia para República Dominicana al momento de diseñar reformas fiscales.
En su análisis, Guzmán insistió en la necesidad de diseñar medidas fiscales con precaución y de manera gradual. Reconoció la importancia de ajustar el sistema tributario para garantizar ingresos fiscales suficientes, pero advirtió sobre los riesgos de implementar medidas sin considerar sus efectos a largo plazo en la economía y la población. “Si bien existe un riesgo latente, debería ser viable manejarlo mediante un proceso gradual que conduzca a la reducción del riesgo de nuestra economía”, puntualizó.
Finalmente, el economista concluyó que cualquier reforma fiscal debe evitar enfoques que penalicen el ahorro o reduzcan la competitividad financiera del país. En lugar de gravar los intereses de manera abrupta, Guzmán sugirió que las autoridades prioricen políticas que equilibren la necesidad de ingresos fiscales con el fomento de un entorno financiero que favorezca la inversión y el desarrollo.
El análisis de Guzmán pone sobre la mesa una reflexión necesaria para el país, en momentos donde el debate sobre la política fiscal sigue siendo central. “Con la debida atención a los detalles y supuestos confiables, cualquier propuesta tributaria siempre será un blanco fácil del ataque oportunista, que admite la necesidad de reformas al tiempo que la evita”, concluyó, enfatizando la importancia de abordar el tema desde un enfoque técnico y sostenible.