El Superintendente de Bancos, Alejandro Fernández Whipple, puntualizó que el sistema financiero del país ha jugado un papel preponderante para enfrentar el desplome de la economía debido a la pandemia en 2020 y su espectacular recuperación en 2021.
«Como política monetaria, ante una situación tan extraordinaria y sorpresiva, se procedió hacer una inyección masiva de liquidez a la economía dominicana para mantener a flote el sistema de pago, reducir las tasas de interés del mercado y las cargas económicas de las empresas y las familias», explicó.
Dijo que gracias a esa política se lograron los niveles de tasas de interés, tanto en pesos como en dólares, más bajos en la historia dominicana en los últimos años.
Anexó que también hubo elementos vinculados a la flexibilización regulatoria de la forma en la cual se califican los préstamos, y de castigar o no a un banco por reestructurar o refinanciar un préstamo de un deudor de toda naturaleza, tanto comercial, empresarial o física.
“El mensaje que se mandó, y nosotros también en la administración actual hemos mantenido, es que hay que acomodar la carga sobre la marcha. Tenemos que ser flexibles y reconocer la situación que los deudores están enfrentando, que no es un tema de voluntad de pago, sino que, efectivamente, hay una situación externa que obliga a una flexibilización muy relevante, y en efecto, así se logró”, detalló Fernández Whipple en el programa D´Agenda, que se difunde los domingos por Telesistema, donde fuen entrevistado por Héctor Herrera Cabral.
Insistió en que la Superintendencia de Bancos fue consecuente con los deudores, «que son, en definitiva, quienes conforman el activo de las instituciones financieras». “Por ejemplo, qué se podía esperar de la situación de las grandes empresas del país con algunos sectores específicos, aparte de sus estados financieros a diciembre del 2020, dada la magnitud de que se cerró la economía por varios meses”, expresó.
“Entonces, frente a eso, en un escenario tradicional uno hubiese tenido un deterioro en la capacidad pago, y por tanto en la calificación de esos préstamos, y entonces los bancos hubiesen tenido que constituir mayores provisiones, disminuir su apetito de riesgo, de querer prestarle más a las empresas o a la industria, y eso nos hubiese llevado a un ciclo perverso y negativo”, ponderó.
Dio que, «en cambio, la señal que se envió, al reconocer que los números del 2020 no serían los más alagüeños y representativos de la realidad de las empresas y la economía. A partir de ahí, por decisión de la Junta Monetaria se tomaron una serie de medidas de flexibilización».