La economía dominicana cerró el año 2024 con un notable desempeño, alcanzando un crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) de 5.0%, la tasa más alta en América Latina. Además, la inflación se mantuvo controlada con una cifra interanual de 3.35%, una de las más bajas de la región. El mercado laboral también mostró resultados positivos, con más de 140,000 empleos formales generados, lo que permitió que el número de ocupados superara los 5 millones de personas, con una tasa de desempleo de apenas 5.3%. Este desempeño fue reconocido por agencias calificadoras de riesgo y por los inversionistas internacionales.
En cuanto a las calificaciones crediticias, Fitch y Standard & Poor’s ratificaron las calificaciones de la República Dominicana en BB- y BB, respectivamente, y confirmaron perspectivas de riesgo positivas y estables. A esto se sumó un flujo de inversión extranjera directa (IED) que en 2024 superó los USD 4,500 millones, cifra suficiente para cubrir el déficit de cuenta corriente del país. Estos logros han colocado a la economía dominicana en una posición favorable en el contexto internacional.
Sin embargo, el panorama para 2025 presenta ciertos desafíos. La economía mundial podría crecer un 3.3% según el Fondo Monetario Internacional, pero la incertidumbre en las políticas económicas, comerciales y migratorias del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podría generar volatilidad. Los aranceles impuestos a Canadá, México y China son un ejemplo de las tensiones comerciales que podrían afectar el comercio internacional, lo que podría tener repercusiones para la República Dominicana, aunque el país podría aprovechar oportunidades derivadas del "nearshoring" o reubicación de cadenas de suministro.
A nivel global, los elevados niveles de deuda tras las políticas de la pandemia siguen siendo un riesgo para la estabilidad económica. No obstante, la República Dominicana cuenta con una base sólida, respaldada por remesas que superaron los USD 10,700 millones en 2024, y reservas internacionales cercanas a los USD 13,400 millones. Estas fortalezas permitirán mitigar los riesgos y mantener la estabilidad macroeconómica en el país.
Además, los riesgos geopolíticos, como el conflicto en Ucrania, podrían afectar los precios de los commodities, particularmente el petróleo. Aunque las tensiones internacionales son un desafío, los avances en las negociaciones de paz en Oriente Medio podrían aliviar las presiones sobre los precios internacionales del crudo. La República Dominicana podría beneficiarse de un entorno global de precios más bajos si estos conflictos se resuelven.
A pesar de estos retos, las perspectivas para la economía dominicana en 2025 siguen siendo positivas. Se espera un crecimiento cercano al 4.5% y una inflación dentro del rango objetivo de política monetaria. La estabilidad económica y el dinamismo de sectores clave, como el turismo y la inversión extranjera, seguirán siendo fundamentales para mantener el crecimiento económico. El Banco Central de la República Dominicana se mantiene preparado para actuar ante cualquier eventualidad, garantizando así la estabilidad macroeconómica y fomentando un entorno favorable para el desarrollo económico.