Trabajar en tus finanzas personales no es un proceso que se aprende fácilmente.
Para manejarlas adecuadamente, es importante conocer los ingresos fijos —lo que se recibe de dinero—, los gastos fijos —renta, despensa, luz, etc.—, los activos —el pago de una casa o departamento—, y los pasivos —deudas con un banco o personas—.
Teniendo claros estos elementos, puedes comenzar a aterrizar metas y saber cuánto dinero destinar a cada uno de los objetivos que te plantees.
Además, podrás diversificar las herramientas para administrarte mejor, al tener mayor certeza de los instrumentos financieros que puedes integrar de acuerdo a tu capacidad de pago.
Tener finanzas sanas no sólo significa vivir sin deudas, es la oportunidad de incrementar tu patrimonio, hacer inversiones, mejorar tu ahorro y generar una mayor y mejor economía en el hogar, de ahí la importancia de las finanzas personales.
La inversión es el siguiente paso al ahorro, su implementación significa que se ha logrado mantener una estabilidad económica que permita no sólo vivir cubriendo los gastos fijos y cubrir imprevistos, sino que se ha ahorrado lo suficiente para sacarle más provecho a tu dinero.
Las finanzas personales garantizan una tranquilidad financiera a futuro, incluyendo el ahorro para el retiro en el que se busca reunir una cantidad suficiente para cubrir las necesidades de la vejez al momento de jubilación.
Sin duda una etapa que debe ser planeada con tiempo y disciplina por lo que tomar cartas en el asunto es muy importante para disfrutarla.
Trabajar en tus finanzas personales no es un proceso que se aprende fácilmente, por lo que puedes apoyarte de algún experto que te ayude a elaborar una buena estrategia o utilizar herramientas digitales como excel o aplicaciones especiales.Fuente: https://www.creditomaestro.com